“En primer lugar, me voy a
referir a una nota que me hicieron llegar vecinos del barrio Malbajar de
Sarandí del Yí y que en lo medular dice así: “Quien suscribe domiciliada en
barrio Malbajar quiere poner en su conocimiento hechos ocurridos en reiteradas
oportunidades al solicitar telefónicamente en horas de la madrugada el servicio
de un taxímetro y que a mi juicio por lo menos constituyen mala prestación del
servicio u omisión y que provoca indignación por la actitud, pero también angustia
ya que los motivos del llamado son variados pero casi siempre realizados por
personas de avanzada edad y precaria salud, que procuran ser trasladados desde
un barrio apartado y alejado al centro o alguna de las instituciones de salud
locales. Unas veces por razones de salud de familiares o de vecinos, otras por
razones de concurrir al trabajo o por haber inclemencias de tiempo, e incluso
por traslado a algunas de las agencias de ómnibus locales, se ha llamado a
distintos taximetristas pero ninguno ha contestado, teniendo correo de voz, no
dignándose a contestar ni contactarse posteriormente. No escapa a mi
conocimiento que alguno pueda estar haciendo un viaje e incluso encontrarse
lejos de la ciudad, pero si así fuera ¿por qué no contestan o dan una
explicación? Hace algún tiempo se difundió públicamente que existió una reunión
de autoridades con todos los taximetristas por la problemática y se llego a un
acuerdo que habría taximetristas de guardia en horario nocturno, pero por lo
que he experimentado esto no se cumple. Aun si existiera y cumplieran con
guardia para horario nocturno, pregunto: si ese taximetrista se encuentra fuera
de la localidad ¿queda otro taximetrista en su lugar o no se prevé esto?. De
los taximetristas a los cuales he llamado para solicitar su servicio hay alguno
que ha entregado almanaques que dice “taxi las 24 horas”, pero se ve que es
solo un slogan. Un ex taximetrista me manifestó que no se quiere realizar
viajes por la noche porque lo que se cobra es muy inferior a lo que corresponde
y que además se toma esa medida como protesta por la existencia de automóviles
de alquiler “truchos”. Sobre este último punto debo decir que no me consta,
porque nunca he utilizado uno que no era un taxi autorizado, y es a esto a los
que he llamado una y otra vez insistiendo hasta siete veces en la madrugada,
sin obtener respuesta. Es de público conocimiento que la adquisición de un
vecino para taxi tiene un costo sensiblemente inferior a si se adquiriera para
uso particular, pero que en los hechos se utiliza como tal, sin prestar el
servicio para el que fue adquirido. Este hecho produce en la población la
suspicacia que lo que esas personas han obtenido es el abaratamiento en la
compra de los vehículos (la vieja viveza criolla), con la excusa de utilizarlo
como taxímetro, además de la presunción que no existen o no se realizan los
controles debidos por parte de las autoridades competentes. Al finalizar la
presente, expreso que no tengo animosidad con ninguno de los taximetristas, ni
he tenido problemas personales con ninguno de ellos, pero en mi nombre y
constándome que otros vecinos han tenido el mismo problema, solicito se sirva
gestionar ante quien corresponda que den cumplimiento en la prestación del
servicio en horario nocturno por parte de los taximetristas de Sarandí del Yí”.
Quisiera que estas palabras pasaran a la Comisión de Transito y de Derechos
humanos”.
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