PLANTEO
13/9/2013
“Me quería referir
a la conmemoración el 22 de setiembre, del Día del Maestro. Y lo quiero hacer
como reconocimiento y agradecimiento, pero por sobre todas las cosas por la
gran admiración a la labor que desempeñan nuestros maestros. La verdad que en
estos tiempos en donde la educación atraviesa serias dificultades y quiero
invitarlos a hacer una reflexión a los señores padres. Hoy los padres cada vez
trabajamos más para lo que llamamos tener felicidad, y antes nos decían que no
se podía comprar, pero hoy nos lo venden como paquetes de turismo, grandes
fiestas, etc. Y todo lo que el mundo va estimulando con la tecnología y muchas
veces vamos resignando la parte de los valores y le damos más atención a las
cosas materiales. Y vamos resignando de a poco que nuestros niños estén en otra
sintonía con cosas que a todo el mundo nos atrae. Hoy, la verdad, los niños de
nuestro país, cómo van a poner interés en un maestro o en un pizarrón negro, si
lo que tratamos de hacer es venderles todo lo que la tecnología ofrece al
alcance de ellos, por ejemplo, una consola de juegos, una tablet, y la verdad
yo me pregunto… ¿No será que nosotros también los dejamos de lado? Creo que
también tenemos responsabilidad los padres. Así que creo que nuestros padres en la época mía me acuerdo que se nos decía
que los maestros eran nuestros segundos padres. Con muchas dificultades nos
criaban nuestros padres, pero con mucho amor y responsabilidad y nos mandaban a
la escuela con ese sentimiento. Por eso hoy quiero, en forma de homenaje a
estos maestros que hoy la luchan todos los días, hacer una revisión sobre los
valores de la familia. Tomemos un tiempo para pensarlo, creo que vale la pena,
por eso no quiero dejar pasar por alto que pertenezco a un sector político cuyo
líder el Dr. Jorge Larrañaga siempre ha tenido la mano extendida y aportando
para los maestros y proponiendo cosas para los maestros como en el gobierno del
Dr. Batlle que estaba peleando por la cuota mutual, y siempre ha estado
defendiendo a los maestros.
Por eso en
forma de humilde homenaje voy a leer una carta que un hermano de la vida me
escribió y la verdad que me he sentido muy identificado y totalmente de acuerdo,
porque conozco bien de cerca dicha experiencia y dice así: “Voy a resumir una
experiencia de una maestra cercana, una joven maestra, hija de un amigo mío. No
hace mucho tiempo tuvimos la dicha de tenerla viviendo con nosotros en nuestro
hogar. Llegaba de interior a ejercer su tarea en Montevideo y en una zona
carenciada, se sumó a la labor de la maestra comunitaria, se fue donde todos
les decíamos que no le convenía porque era una zona roja. Se fue pero con
convicción de que era lo correcto, que alguien debía de hacerlo. En cierto momento
de paro de la enseñanza, desentendimientos con el gobierno, existieron excesos,
pero uno en particular me dolió. Escuchar al Sr. Presidente de la República que
dijeran que trabajaban cuatro horas y que tenían tres meses de vacaciones, como
descargo para los bajos salarios. Me dolió, fue como tener el pueblo en el
coliseo y soltar a las fieras para cumplir aquello del circo y del pan. Pero
más profundo fue ese dolor, pues el error vino de un gobierno que pregonó
educación, educación y educación, y más aún porque partió de un ser humano como
el Presidente de la República, de mi humilde punto de vista un ser muy
especial. Pero me dolió el desconocimiento de la realidad, el querer tapar el
sol con un dedo. Y recuerdo sentir el portón a las 6 y 30 de la mañana, de
María cuando salía rumbo a la parada de ómnibus para así llegar en hora para
dar clases, y me dolió sentirla llegar en la noche. Porque después de ejercer
como maestra comunitaria se volvía con su carga de cuadernos, con su mochila
cargada de esperanzas ajenas a corregir y preparar las clases para el día
siguiente. Me molestó el no reconocer que hay muchas como ella y que solo por
ellas vale la pena todo lo que podamos hacer. Y me acuerdo la cantidad de
invitaciones que le hacíamos de paseo los fines de semana y el recibir de ella
de un no porque tenía que preparar para la siguiente semana las tareas. Me
dolió la ignorancia y las desmedidas palabras, pero por suerte hoy ya transcurrió
bastante tiempo y decido escribir para que mis amigos sepan que no es cierto lo
que se dijo. También reconocer que el Presidente de la República pidió disculpas
después. Entonces hoy más que nunca digo… Vivan los maestros de mi país y de mí
paisito de corazón grande y de territorio chiquito”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario