“El pasado 15 de marzo
desafortunadamente la ciudad de Durazno se vio nuevamente conmocionada por las
popularmente conocidas “picadas de motos”. Este lamentable hecho se cobró la
vida de dos jóvenes de 20 años de edad y un tercero que resultó herido. La
modalidad consiste en un enfrentamiento entre los contendientes que corren en
sentido contrario y chocan de frente, donde el que esquiva pierde. La filosofía
de estos jóvenes consiste en sobrepasar el límite de lo permitido aunque esto
implique morir en el intento.
Ya no es suficiente con
correr una carrera para ver quien llega primero, el juego consiste en ganarle
la carrera a la muerte, el que salga ileso o vivo, se convertirá ante sí mismo
y ante quienes propugnan esta filosofía en el “héroe del vértigo”.
Lamentablemente los participantes generalmente mueren o resultan gravemente
heridos.
Por eso como ciudadana,
como Madre, como vecina, como representante a nivel departamental me pregunto ¿Cómo
es posible que la vida, que es el bien jurídico tutelado por excelencia, que es
digno de protección jurídica no solo en nuestra Constitución, sino en numerosas
Convenciones y Pactos Internacionales, sea despreciada por estos jóvenes de
esta manera? ¿Cómo se explica que la vida de nuestros jóvenes dependa de un “gesto”
de evitar el impacto, salvar una vida implica que uno de los dos contendientes
asuma la cobardía y la derrota. Por eso hago un llamado a la solidaridad para
que los vecinos, los padres, y ciudadanos en general den alerta a las
autoridades con prontitud cuando vean actos preparativos de estas prácticas
suicidas y homicidas.
Desafortunadamente estas
prácticas son producto de una sociedad enferma, por alcohol, drogas, por la
violencia doméstica, violencia en el fútbol, en la vía pública, y el mal uso y
abuso de la televisión e Internet, que venden un estereotipo que dañan su mente
y acarrea una pérdida de valores y provoca en estos jóvenes un vacío
existencial y está en nosotros llenarlo.
Por último llamo a la
reflexión para que todos los ciudadanos contribuyamos a evitar que estos
jóvenes que se encuentran en la plenitud de su vida no la desperdicien y
recuperen el amor por la vida para que Durazno no tenga que lamentar otra
muerte”.
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