“40 años ya del Golpe de
Estado, 40 años desde que empecé a trabajar en los pagos de Ramirez y
reflexiono hoy lo que a mí me ha quedado en este recuerdo de 40 años. Los voy a
materializar en aquellos angelitos recordados en la canción del Sabalero,
aquellos ojos claros de Mariana son recuerdos hoy. Aquellos angelitos hoy son
adultos, los quisieron desaparecer, quitarle su identidad. También evoco a las
familias que encontraron la tranquilidad de espíritu por tener sus muertos para
homenajear. Chavez, el contador Miranda, el Maestro Julio Castro. Recuerdo los
periplos de una vecina mía. Doña Antonia Sosa de Alvez en visitas a sus hijas,
una en cautiverio, otra en exilio y otra destituida. Allí me instalé como hijo
de esa familia también, allí encontré a esa madre. Pero en este mi Durazno no
encuentro satisfacción porque cuando en aquel plebiscito toda la población dijo
No, Durazno dijo Si. No encuentro satisfacción porque cuando rajamos las
vestiduras declarando ser demócratas, conservamos aún en esta Junta los
retratos de los vecinos aquellos a los que me referí un día acá, que quedan
como mudo testigo, ingenuos testigos, como Presidentes de Junta de Vecinos que
marcaron el período de dictadura. Siendo que hoy sus familias se abrazan en ámbitos
democráticos como este, su tarea política, social. Además en el recinto del
ejecutivo hacen presencia los Intendentes uniformados en un lugar de
preferencia de aquellos recintos. Eso es lo que me queda como recuerdo a 40
años de la dictadura y me molestan estas presencias que hago referencia.
Todavía tenemos dos desaparecidos nuestros y digo Héctor Giordano presente y
Célica Gomez presente”.
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