viernes, 5 de julio de 2013

Edila Susana Flores


“En estos días de alta conflictividad, donde los gremios de la enseñanza han salido a la calle, han tomado los centros educativos encadenados a los paros, no puedo dejar de preguntarme ¿importa la educación?. A este gobierno que comenzó en marzo de 2010 con “educación, educación, educación”, le pareció que repitiendo la palabra, mágicamente tendría el cambio?. A tres años de mandato solo hay desolación, deterioro, desesperanza, y lo peor: un futuro que no se vislumbra. Y sin tener a quien culpar del fracaso. Dentro de 10 años nada más, cuando no hay docentes, maestros, cuando a quienes se les pagó para que concurrieran a clase estén muchos de ellos en la franja de los desertores y cuando la brecha entre los que van a los centros educativos públicos y los privados sea aun mayor, en un país que estaba económicamente saludable… ¿seguirán culpando a la dictadura? Es momento de sacarse esa mochila que no nos deja avanzar. Exijan a los docentes, denle rango universitario para que los mejores estén al frente de la educación pública, pero tienen que pagarle como tales. Dejen sin efecto los cientos de cargos de confianza que cobran cifras astronómicas, mírense adentro, a la conciencia, Presidente y Ministros, y después, solo después anímense a ofrecer $400 pesos de aumento a los maestros, sin sentir vergüenza. La educación de una sociedad no se planifica ni ejecuta en cinco años, está más allá de los períodos de gobierno y debe estar en manos de los técnicos docentes la elaboración del programa y la ejecución y el seguimiento. Así como la evaluación constante, levanten la mira los gobernantes y busquen más allá de sus ámbitos a quienes realmente pueden traer buenas nuevas para la educación. Ayer, en otra instancia también de movilización, un grupo de vecinos reclamaron frente a la Intendencia por tierras para construir sus viviendas. Destacable por cierto, vecinos que se unen para lograr su casa trabajando en ello. Formando a su familia en los valores del trabajo y la solidaridad. Es verdad que si recorremos los alrededores de la ciudad, vemos mucha tierra que no produce, que no se explota, y sin edificaciones, pero cambiaron las reglas para construir. La Dirección Nacional de Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente exige que haya calle, que haya servicios, luz, agua, saneamiento, y es correcto, y es bueno para que la familia comience con lo básico una nueva vida. Cuando vecinos de Sandú nos llamaron hace un año por una problemática grave concurrimos y la realidad decía que habían permitido lotear, es decir fraccionar y vender en cuotas un campo donde corría una cañada, no había agua potable, no había calle y ni siquiera saneamiento. Tres casas estaban edificadas sobre el arroyo o la cañada, no tenían salida a la calle. Familias humildes que con sacrificio pagaban la cuota del terreno y carecían hasta de agua potable. Esto se permitía hasta hace unos años, ahora no. Entiendo la urgencia de la casa propia porque durante toda mi vida, niñez y adolescencia soñábamos con mi familia con eso. Hablé con el Sr. Intendente y el Sr. Secretario General y me confirmaron que la próxima semana entra a esta Junta la solicitud de anuencia para expropiar terrenos en esta ciudad con destino a viviendas sociales, llámese cooperativas u otros. Confío en el Sr. Intendente, en su palabra de hacer correctamente todos los trámites necesarios para que en el futuro tengan sin sobresalto sus viviendas. Con justicia pensarán estos vecinos que es fácil de hablar de afuera pero aquello de “vamos despacio que tengo prisa” da para pensarlo para que no suceda más lo que pasó en Sandu y en tanto lugares de Durazno”.           

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