Edila Susana Flores
“En estos días de alta conflictividad, donde los
gremios de la enseñanza han salido a la calle, han tomado los centros
educativos encadenados a los paros, no puedo dejar de preguntarme ¿importa la
educación?. A este gobierno que comenzó en marzo de 2010 con “educación,
educación, educación”, le pareció que repitiendo la palabra, mágicamente
tendría el cambio?. A tres años de mandato solo hay desolación, deterioro,
desesperanza, y lo peor: un futuro que no se vislumbra. Y sin tener a quien
culpar del fracaso. Dentro de 10 años nada más, cuando no hay docentes,
maestros, cuando a quienes se les pagó para que concurrieran a clase estén
muchos de ellos en la franja de los desertores y cuando la brecha entre los que
van a los centros educativos públicos y los privados sea aun mayor, en un país
que estaba económicamente saludable… ¿seguirán culpando a la dictadura? Es
momento de sacarse esa mochila que no nos deja avanzar. Exijan a los docentes,
denle rango universitario para que los mejores estén al frente de la educación
pública, pero tienen que pagarle como tales. Dejen sin efecto los cientos de
cargos de confianza que cobran cifras astronómicas, mírense adentro, a la
conciencia, Presidente y Ministros, y después, solo después anímense a ofrecer
$400 pesos de aumento a los maestros, sin sentir vergüenza. La educación de una
sociedad no se planifica ni ejecuta en cinco años, está más allá de los
períodos de gobierno y debe estar en manos de los técnicos docentes la
elaboración del programa y la ejecución y el seguimiento. Así como la
evaluación constante, levanten la mira los gobernantes y busquen más allá de
sus ámbitos a quienes realmente pueden traer buenas nuevas para la educación. Ayer,
en otra instancia también de movilización, un grupo de vecinos reclamaron
frente a la Intendencia por tierras para construir sus viviendas. Destacable
por cierto, vecinos que se unen para lograr su casa trabajando en ello. Formando
a su familia en los valores del trabajo y la solidaridad. Es verdad que si
recorremos los alrededores de la ciudad, vemos mucha tierra que no produce, que
no se explota, y sin edificaciones, pero cambiaron las reglas para construir.
La Dirección Nacional de Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente exige que
haya calle, que haya servicios, luz, agua, saneamiento, y es correcto, y es
bueno para que la familia comience con lo básico una nueva vida. Cuando vecinos
de Sandú nos llamaron hace un año por una problemática grave concurrimos y la
realidad decía que habían permitido lotear, es decir fraccionar y vender en
cuotas un campo donde corría una cañada, no había agua potable, no había calle
y ni siquiera saneamiento. Tres casas estaban edificadas sobre el arroyo o la
cañada, no tenían salida a la calle. Familias humildes que con sacrificio
pagaban la cuota del terreno y carecían hasta de agua potable. Esto se permitía
hasta hace unos años, ahora no. Entiendo la urgencia de la casa propia porque
durante toda mi vida, niñez y adolescencia soñábamos con mi familia con eso.
Hablé con el Sr. Intendente y el Sr. Secretario General y me confirmaron que la
próxima semana entra a esta Junta la solicitud de anuencia para expropiar
terrenos en esta ciudad con destino a viviendas sociales, llámese cooperativas
u otros. Confío en el Sr. Intendente, en su palabra de hacer correctamente todos
los trámites necesarios para que en el futuro tengan sin sobresalto sus
viviendas. Con justicia pensarán estos vecinos que es fácil de hablar de afuera
pero aquello de “vamos despacio que tengo prisa” da para pensarlo para que no
suceda más lo que pasó en Sandu y en tanto lugares de Durazno”.
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