“Me pareció interesante esta noche plantear un tema que han estado en
los medios de prensa que acá muchas veces lo hemos tratado y dice: las abejas
desaparecen: por qué hay que preocuparse. La caída en el número de insectos polinizadores y
colmenas es un fenómeno que preocupa en la actualidad. Incluso, Barack Obama,
presidente de Estados Unidos, firmó un memorando para impulsar un plan de
prevención y protección. Uruguay no escapa a esta realidad. Gabriel Rodríguez,
vicepresidente de la Sociedad Apícola Uruguaya, contó a El Espectador cuál es
la situación actual en el rubro. “Estamos igual o peor que en otros países”,
comentó Rodríguez, consultado sobre la persistencia de los insectos
polinizadores en Uruguay. “Acá se siguen aprobando productos que, en otros países,
están fuera de circulación hace rato”, adujo. Esos productos son perjudiciales
para las abejas y dañinos para el medio ambiente y el ser humano. “Si bien los
productores necesitan algún agroquímico para combatir las plagas, Uruguay está
usando agroquímicos que no son los correctos”, explicó. En contrapartida,
comentó que hay otros fertilizantes en el mercado que podrían ser
utilizados.Según indicó el vicepresidente de la Sociedad Apícola Uruguaya, los
apicultores del país “tenemos que pelear contra un costo de producción que es
enorme: la mortandad del 25 por ciento anual de nuestras colmenas”, es un
problema que realmente preocupa.Sin lugar a dudas, estimó Rodríguez, la
apicultura se ve amenazada por un medio ambiente deteriorado. Ese es el caso de
los polinizadores naturales: “Prácticamente ya no los veo”. “Cada vez se ven
menos”, enfatizó. “A la abeja no se le
da mucha pelota (…) no sólo como insecto polinizador, tampoco como una
actividad redituable; estoy convencido de que el Ministerio no le da bola a la
apicultura”, sentenció.En lo que se refiere al precio de la miel, Rodríguez
evaluó que, en función de los estándares internacionales, la apicultura es una
actividad muy rentable. No obstante, “el problema es la producción; el
resultado final no es solo el precio de la miel, es el precio por lo que (el
productor) saca”.La solución: “Necesitamos un medio ambiente sano para las
abejas”, exhortó. Con respecto a esto, aquí en la Junta Departamental la
Comisión de Ganadería sacó un proyecto que era muy interesante, en la cual, se
estudiaron las situacionesde dichos insectos, otros países como España,
Argentina y aquí en el Uruguay, para proteger la apicultura que obviamente hay
muchísimas familias que viven de esto o es parte del tema de la apicultura como
complemento para que les quede por supuesto alguna rentabilidad. Es un tema que
realmente preocupa, sin embargo, si bien hay un decreto que generalmente no
hubo la posibilidad de tener los elementos para controlar, se pedía de que cada
vez que se fuera hacer un tratamiento de insecticida o glifosato había que
avisar a los apicultores o avisar a la policía, pero no se lleva a la práctica,
ya que es un tema muy importante. Por lo tanto, que estas palabras pasen al
Ministerio de Agricultura y Pesca o al propio Presidente de la República para
ver si se toma alguna medida a nivel nacional, que
proteja a estas familias y no solamente a las familias sino proteger a estos
insectos que están desapareciendo como polinizadores en todos los aspectos”.-
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